Wednesday, November 01, 2006

EL ESPECTRO DE LA CONCIENCIA

La Psicología Transpersonal se conoce como la Psicología de la Conciencia y muchos, incluidos los propios psicólogos "ortodoxos", aún no se han parado a "meditar" sobre el verdadero significado etimológico de la palabra Psicología (La Sabiduría del Alma). La Conciencia es , para ellos, un constructo mental y, por lo tanto, una parte del sustrato biológico, sin más. Por ello y como dirían los grandes picólogos transpersonales y amigos personales de Wilber, Roger Walsh y Frances Vaughan, la conciencia era "un tópico impropio de cualquier conversación educada", hasta mediados de los ochenta que por lo menos es aceptada como tema de discusión, aún a pesar de las desavenencias entre detractores y defensores.

Con este panorama, se encuentra Wilber cuando escribe sobre el espectro de la conciencia. Para Wilber, la cosa está clara. La Conciencia es la base de la existencia. Es la Identidad suprema. Es la naturaleza misma de la realidad absoluta. La unicidad universal. Esta esencia ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia: desde Cristo hasta Brahma o Tao. Lo que menos importa es la etiqueta o la imagen que las diversas religiones han colocado a esta experiencia del Espíritu. Lo verdaderamente trascendente es que en todos los seres humanos "la realidad interna es sólo UNA", tome la forma que tome. Ahora bien, no todos estamos aún en la conciencia de la Conciencia, que al ser la Realidad última, no es un estadío, ni tampoco un estado de conciencia anormal o alterado; es la Conciencia: El Todo, La Nada. Lo Innombrable.

Hasta experimentar de manera mantenida (no tan sólo de forma temporal "experiencias cumbre", como las llamaría Maslow, o "emergencias espirituales", como las denominaría Grof) este AMOR, que es la Conciencia, los seres humanos pasamos por diversos estados que duran un tiempo y que forman niveles o estadíos de conciencia. Lo que Piaget o la física hicieran con las realidades más terrenales, lo ha hecho Wilber con los planos de la conciencia. Estratificar, cartografiar y ordenar los diversos gradientes por los que va pasando nuestra mente -desde el Ego, hasta la Conciencia-.

En el primer estadío del especto (como el espectro del ultravioleta al infrarrojo), nos encontramos con la "Persona" (del latín "personae"), que es la "careta", esa máscara que me pongo para presentarme ante los demás y "quedar bien". En ese nivel no reconozco, de manera consciente o inconsciente, qué es lo que tengo de desagradable, oscuro y repulsivo y también de reprimido, aunque sea agradable y potencialmente útil.

Una vez que soy capaz de ver estos aspectos indeseables y dolorosos de mi sombra, salgo del estadío que Wilber llama la Sombra para entrar en el del Ego. Ahí me identifico con mi mente al completo, es decir los aspectos positivos y negativos (mis dos polaridades), lo que nos recuerda el chiste del señor que se hacía pis en la cama y cuando se encuentra con el amigo al cabo de tres años, éste le pregunta : ¿qué tal tu eneuresis? ¿fuiste al psicoanalista? ¿ya no te haces pis en la cama?. Si, responde, hice terapia, me sigo haciendo pis en la cama, pero ya no me importa. En este plano el cuerpo es vivido como algo aparte de la mente, que está ahí a su servicio. Wilber lo llama el jinete (la mente) sobre el caballo (el cuerpo).

Cuando, por fin, puedo experiementar el organismo psicofísico en vez de vivir el cuerpo tan sólo como una parte, entonces entramos en lo que Wilber llama "el Centauro", o nivel Existencial, porque es tan importante la mente como el cuerpo. Soy un ser completo, indivisible. Es en este nivel cuando puedo entrar en contacto con el medio y sentir que formo parte de un todo más amplio: la Sociedad. Cuando mi participación en este entramado social es consciente, estoy preparada para entrar en el siguiente estadío.

Las bandas transpersonales es el nivel de las diferentes experiencias numinosas (espirituales), también en forma de gradientes, desde de lo sutíl (más simbólico) a lo causal (menos dual).

Cuando puede ser capaz de encontrar la causa de todas las cosas, cuando ya la causa nada importa y puedo trascender la dualidad de los opuestos, llegando incluso a integrarlos, entro en lo que Wilber llama, la Conciencia de Unidad, que no es un estadio ni un estado, como hemos dicho, es sólo: CONCIENCIA.

Estos niveles de conciencia son progresivos, interactivos e inclusivos, no estancos y fijos, es decir que en un área de mi vida puedo estar en un tipo de conciencia y en la otra, me puedo hallar en otro. Y cada uno de los estadíos representa aquello con lo que me identifico. Es decir en qué transformo mi identidad, desde lo más reducido hasta lo inabarcable.

Y para terminar, reconocer que para cada estadío del espectro existe un tipo de acercamiento terapéutico, igualmente interactivo e inclusivo. Por eso no hay un enfoque psicológico mejor que otro, sino más o menos unidimensional o pluridimensional, más o menos holístico o parcial.

Raquel Torrent
Psicóloga Colegiada
Terapeuta Integral/Transpersonal

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